domingo, 23 de junio de 2013

Indignación...

 
El 20 de junio, la prensa hizo mención de dos noticias alarmantes, la primera fue acerca de lo que, la representante de la ONU-Mujeres en el país, Ana Güezmes dijo en calidad de alerta:  La violencia contra las mujeres en México tiene dimensiones no de epidemia, sino de pandemia,[1] con algunos datos y argumentos expuso la situación de las mujeres en este tan dinámico país.

Diariamente genera indignación lo que se publica y comenta en la prensa, en las redes sociales o simplemente en las platicas cotidianas, sobre aquellos hombres que utilizan su poder para castigar a las mujeres, a través de las leyes, de sueldos, silencios, discursos, golpes, violaciones, asesinatos, o por medio del acceso a la educación, al trabajo, a la salud, a la vivienda, entre otros. Ellos perpetúan su superioridad por que consideran a las mujeres como eternas menores de edad o meramente de su propiedad.



En estas prácticas se encuentran inmersa la naturalización del sexismo que, Victoria Sau define como: “el conjunto de todos y cada uno de los métodos empleados en el seno del patriarcado para poder mantener en situación de inferioridad, subordinación y explotación al sexo dominado: el femenino. El sexismo abarca todos los ámbitos de la vida y las relaciones humanas”.[2] Y como dice Varela, es una ideología que define la subordinación de las mujeres y todos los métodos que utiliza para que esa desigualdad entre hombres y mujeres se perpetúe[3].



 
En la segunda nota del día, se publica que esta Confirmado: la Selección Mexicana se fue de parranda a un “table”. “Jugadores y cuerpo técnico acudieron tres veces, por lo menos, al exclusivo table dance Termas Centaurus, un spa que se enorgullece en ofrecer los servicios de las ‘garotas mais gostosas’ (las chicas más calientes)”[4]


Aquí preocupan varios aspectos de esta noticia, pero me centraré en tres, en primer lugar cómo estos jugadores codifican y hacen uso del cuerpo femenino, ya que consideran a estos cuerpos de mujeres como objetos sexuales que se encuentran disponibles para su consumo meramente como mercancía. En segundo lugar, en lo que se refiere al comercio sexual que como nos señala Soll, “una parte de las mujeres que se prostituyen lo hacen porque así lo decidieron [Sin embargo y esto inquieta mucho más] otra parte de las mujeres lo hace en contra de su voluntad, y el grado de sujeción varía desde aquella mujer que(…) no cuenta con otros medios o posibilidades para subsistir, hasta la mujer que ha sido secuestrada, traficada y explotada con fines sexuales[5].

Y finalmente cómo estos hombres, que hasta resultan seres idolatrados de un pueblo, contribuyen a la reproducción y fomento de la subordinación e inferioridad femenina.

 

 


 

http://www.jornada.unam.mx/2013/06/20/politica/014n3pol

 

http://www.proceso.com.mx/?p=345337

[1] VELASCO, Elizabeth. Violencia contra mujeres una “pandemia” en el País 20 de Junio de 2007. Sección Política Periódico La Jornada. http://www.jornada.unam.mx/2013/06/20/politica/014n3pol
[2] SAU, Victoria, op.cit., tomo I, pág.257
[3] VARELA, Nuria. Feminismo para principiantes
[4] De la Redacción Confirmado: la Selección Mexicana se fue de parranda a un “table” Sección Deportes 20 Junio 2007 http://www.proceso.com.mx/?p=345337

[5] Soll, Sylvia. Lo que tienen en común Chiconautla y la página tres en blog: SomosMujeresMexicanas


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