En el fútbol soccer -un deporte que practican y ven mayoritariamente los hombres- se insulta a
través de calificativos que la mayoría de las veces aluden a lo femenino en
términos despreciativos.
Un ejemplo es el partido de ayer entre Pumas y América, en donde escuchamos ofensas como Gatas (hacia los aficionados a los Pumas) o Güilas (dirigido a aficionados del América, y que pretende aludir a 'Águila', la cuál es mascota del equipo); éstos insultos se utilizan como sinónimos de sirvienta y prostituta respectivamente, y que en el imaginario colectivo se traducen como mujeres subordinadas y sin prestigio.
Un ejemplo es el partido de ayer entre Pumas y América, en donde escuchamos ofensas como Gatas (hacia los aficionados a los Pumas) o Güilas (dirigido a aficionados del América, y que pretende aludir a 'Águila', la cuál es mascota del equipo); éstos insultos se utilizan como sinónimos de sirvienta y prostituta respectivamente, y que en el imaginario colectivo se traducen como mujeres subordinadas y sin prestigio.
Este lenguaje NO es
neutral, es sumamente misógino. Como señala Cazés, la
misoginia: “designa una conjugación
inextricable de temor, rechazo y odio a las mujeres. Hace referencia a todas
las formas en que a ellas se asigna –sutil o brutalmente– todo lo que se
considera negativo y nocivo”[1].
[1] Cazés Manache, Daniel. En http://danielcazesmenache.wordpress.com/genero-y-demas-estudios-propuestas-y-reflexiones/misoginia/
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